De la campaña Kony 2012 se pueden decir muchas cosas, pero es prácticamente imposible negarle que ha sido un éxito en el mundo virtual. El documental de media hora sobre el guerrillero ugandés Joseph Kony, con más de 76 millones de reproducciones, es ya uno de los videos más vistos de la historia de YouTube.
Con el impulso de personalidades como Justin Bieber, George Clooney y Oprah Winfrey, es la punta de lanza de una campaña en redes sociales de la ONG Invisible Children a favor de la captura de Kony, acusado por la Corte Penal Internacional de crímenes de guerra y del uso de niños soldado y niñas como esclavas sexuales.
Este éxito innegable en internet ya se ha plasmado de alguna manera en el mundo real. La Unión Africana acaba de aceptar al coronel ugandés Dick Olum como comandante de las fuerza conjunta multinacional encargada, desde 2008, de capturar a Kony.
Olum se hará cargo de una nueva fuerza de 5.000 hombres que será desplegada en la región del África Central y que se dedicará a la busca y captura de Kony.
Pero para que un éxito en las redes sociales –la indignación de millones de personas– pase a materializarse en el mundo real, lo que viene a ser que se confirme la captura de un acusado de crímenes de guerra, habrá que pasar por encima de varias y ciertas dificultades: la primera, no saben dónde está y él no está dispuesto a aparecer.
Un fantasma con superpoderes
Según el editor de África de la BBC, Martin Plaut, los métodos de Kony son extremadamente brutales. Secuestra niños y los fuerza a convertirse en soldados. Además, los obliga a mutilar y matar a sus familiares. Las niñas las convierte en esclavas sexuales de los milicianos.
Desde finales de los 80, junto a un grupo relativamente pequeño de rebeldes, ha sembrado de violencia un área que va de Uganda a Sudán del Sur, Congo y la República Centroafricana.
En 2008, las fuerzas armadas de esos tres países se pusieron de acuerdo para lanzar una operación militar destinada a acabar con la rebelión encabezada por Kony, pero ha tenido poco éxito.
"Su estrategia ha sido evitar la lucha. Su estrategia ha sido eludir el combate. Ha sobrevivido a base de generar entre sus seguidores el mito de que tiene superpoderes y que los observa donde sea que vayan, aunque no esté presente", explicó en entrevista con la BBC el coronel Felix Kulayigye, portavoz de las fuerzas armadas de Uganda.
"Nos ha evitado porque no ha estado en combate en persona. Ante tal estrategia, la captura es muy complicada, a no ser que compres a gente de su entorno", agregó el militar.
Kulayigye confirmó que su país aportará 1.500 hombres a la fuerza multinacional encargada de la captura de Kony, que, aseguró "está en la jungla de la República Centroafricana".
"No creo que haya que hacer nada diferente (…) lo hemos estado persiguiendo, incluso ahora estamos tras él y pensamos seguir haciéndolo", dijo.
Un antiguo nuevo despliegue
Según Kulayigye, la misión de la fuerza conjunta es capturar a Kony, vivo o muerto.
Si se rindiera, "por supuesto" que sería arrestado. "Tiene un billete abierto a la rendición (…). Si expresa interés en entregarse, abriremos un corredor para él. Matarlo no es la solución".
La aceptación por parte de la Unión Africana de Olum como comandante del nuevo despliegue coincide con la enorme atención sobre el caso de Kony despertado por el documental de Jason Russell.
Sin embargo, la maniobra lleva años en proceso. De hecho, fue acordado en 2010 en un encuentro de la Unión Africana celebrado en Adis Abeba, capital de Etiopía.
El envío al terreno de la fuerza conjunta contó entonces con el apoyo de Naciones Unidas y el gobierno de Estados Unidos, país que tiene desplegados en la región a cien hombres dedicados a trazar el rastro del líder rebelde.
Una de las bazas que Kony mejor ha sabido jugar a su favor para evitar su captura son las complicadas relaciones entre los países, especialmente Uganda y la República Democrática del Congo.
Esa enemistad ha sido manifiesta en la última década desde finales de los años 90 del siglo pasado, por el envolvimiento de fuerzas ugandesas en las conocidas como primera y segunda guerra del Congo.
"Las relaciones entre Uganda y la República del Congo no han sido nada buenas en los últimos años. En 1997 y 1998, hubo dos oleadas de guerra impulsadas por Uganda, con el apoyo de Ruanda y Burundi", explica Venuste Nshimiyimana, del Servicio Africano de la BBC.
"La República Centroafricana es el último país al que Joseph Kony podría haber huido. No fue posible que huyera a Congo, fue expulsado de allí con el apoyo de tropas de Naciones Unidas y Uganda. No pudo volver a Uganda y no tiene manera de haber pasado a Sudán del Sur", agrega Nshimiyimana.
Para muchos, la única vía de escape que puede haber tenido Kony es la jungla centroafricana. Y pese a la afirmación del coronel Kulayigye en ese sentido, según Nshimiyimana, "sin embargo, nadie puede decir con certeza donde está". "Conviene recordar que hay cien marines estadounidenses en el terreno".
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