martes, marzo 27, 2012

Te has prenguntado alguna ves si somos vigilados, la respuesta es "SI" descubre quien y como lo hacen?


¿Se parece cada vez más nuestro mundo al de la pesadilla orwelliana en el que todas nuestras comunicaciones son vigiladas?
La inquietante pregunta que suscitó la célebre novela "1984" ha resurgido en Estados Unidos tras la publicación hace dos semanas de un clicartículo de uno de los mayores expertos en espionaje del país, James Bamford, sobre la construcción del "mayor centro de espías" en un paraje desértico del estado de Utah (oeste).
El centro, de 90.000 metros cuadrados (cinco veces el Capitolio de Washington D.C.) y protegido por fuertes medidas de seguridad, debería comenzar a funcionar en septiembre de 2013, según el artículo de Bamford, publicado en el número de abril de la revista Wired.
"Circulando por sus servidores y enrutadores y almacenados en bases de datos casi sin fondos estarán todo tipo de comunicaciones", escribió Bamford, "entre ellas los contenidos completos de correos privados, llamadas de celular y búsquedas de Google, así como todo tipo de huellas de datos personales: tickets de estacionamiento, itinerarios de viaje, compras de libros y otra 'basura de bolsillo' digital".
Bamford cita a un exalto cargo de inteligencia estadounidense, William Binney, quien juntando sus dedos índice y pulgar le dice: "Estamos solo a esta distancia del Estado carcelero y totalitario".

Prácticas invasivas

Afirmaciones como esa han generado inquietud. Muchos en Estados Unidos han conocido de la construcción del centro de Utah gracias al artículo de Bamford, a quien se le reconoce un gran acceso a las fuentes de inteligencia del gobierno.
Algunos expertos en inteligencia y ciberseguridad creen que el artículo de Bamford peca de alarmista.
Pero quienes han dado credibilidad al autor, sostienen que la agencia responsable del proyecto, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA en inglés), es criticada por lo que algunos consideran prácticas invasivas.
"La NSA ha violado la ley durante muchos años y ha vigilado sin ningún control las comunicaciones de los estadounidenses, incluso de aquellos que no tienen ninguna conexión con el terrorismo", asegura a BBC Mundo el portavoz de la Unión de libertades civiles de Estados Unidos (ACLU, por sus siglas en inglés), Zackary Katznelson.
Tratando de acallar las críticas, el jefe del NSA, el general Keith Alexander, compareció hace una semana en el Congreso para asegurar que su agencia no espía a ningún estadounidense sin una orden judicial.
Interrogado por los legisladores, Alexander respondió que la NSA no intercepta por rutina las conversaciones telefónicas o la correspondencia electrónica de los estadounidenses.
Pero no aportó más información sobre el centro de datos de Utah.
Se conoce su costo, US$2.000 millones, y que forma parte de la Iniciativa Integral para la Ciberseguridad Nacional, un plan puesto en marcha en 2008 durante la presidencia de George W. Bush para contrarrestar las crecientes amenazas de ciberataques y en particular aquellos que podrían ir dirigidos a la red eléctrica del país o al mercado financiero.
No se sabe cuántos "espías" trabajarán en el centro, ni cuáles serán sus funciones.
"El hermetismo que rodea a este proyecto y a la NSA no nos permite saber qué se hará exactamente en ese centro", le dice a BBC Mundo Matt Blaze, un experto en ciberseguridad de la Universidad de Pensilvania.
Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, las agencias de inteligencia de EE.UU. fueron cuestionadas por no haber detectado la amenaza y la administración de Bush (2001-2009) llevó a cabo una profunda reforma de estas.
Ahora, muchas críticas se centran en las posibles invasiones a la privacidad de los ciudadanos. Pese a las objeciones, algunos políticos republicanos han propuesto recientemente ampliar aún más los poderes de la NSA.
"El miedo al terrorismo se ha extendido tanto que a veces el imperio de la ley queda abandonado", censura el portavoz de ACLU.
"Desde la era Bush nadie confía en lo que hace la NSA", comparte James Andrew Lewis, analista del Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington. No obstante, Lewis cree que el artículo de Bamford es exagerado y que el autor buscaba llamar la atención.
La ley estadounidenses pone a las agencias de inteligencia ciertos límites respecto al acceso a información privada de los ciudadanos del país, como la necesidad de una orden judicial, pero no se sabe si esas restricciones son respetadas, según los expertos.
Las limitaciones respecto a ciudadanos extranjeros son, sin embargo, mucho menores.
En teoría, explica Blaze, el principal interés de los espías reside en las comunicaciones militares y diplomáticas extranjeras, que suelen estar codificadas y la mayor parte del trabajo, agrega, no consiste tanto en extraer el contenido de aquellas (leer e-mails y escuchar conversaciones), sino en analizar el tráfico (quién se comunica con quién).
Lewis cree que el centro podría mejorar la eficacia de la inteligencia estadounidense: "Su gran tamaño permitirá almacenar y analizar el creciente volumen de información que circula por las redes".
El tráfico de internet se cuadruplicará entre 2010 y 2015, según un estudio de la empresa de tecnología Cisco. En 2011, 2.000 de las 7.000 millones de personas del mundo eran usuarios de internet, mientras que en 2015 esa cifra ascenderá a 2.700, según la firma de investigación IDC.
Estados Unidos no es el único país que está destinando cada vez más recursos a vigilar internet y otras redes. Los expertos señalan que ningún servicio de inteligencia de una gran potencia puede permitirse ignorar el océano de información que circula por todo el mundo.
En opinión de Blaze, en adelante se construirán más centros de datos gigantescos centro como el del desierto de Utah.



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